Cantabria necesita unas políticas públicas que apuesten por la industrialización de Cantabria y que apoyen a los ganaderos y agricultores de nuestra región.

 

Desde Izquierda Unida de Cantabria observamos con preocupación los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social del mes de septiembre, pues constatan, nuevamente, aquello que llevamos años denunciando: que la economía cántabra sufre una nociva estacionalización que la ancla en la precariedad y en la ausencia de estabilidad.

Especialmente preocupantes son las palabras del Presidente Miguel Ángel Revilla, que mientras da lecciones de economía y promociona su libro en las televisiones, para la región que gobierna solo tiene a la resignación como solución.

Cantabria ha sufrido, desde la época de José Joaquín Martínez Sieso un constante proceso de erradicación de la industria, para centrar nuestra economía en el sector servicios. Así, se cambió estabilidad y alto valor añadido por precariedad y bajo valor añadido.

Pero no estamos ante una maldición bíblica, pues la situación es reversible. Solo se necesita voluntad política. Dejar de lado el marketing y los anuncios rimbombantes, y trabajar en la aplicación de unas políticas públicas que apuesten por la industrialización de Cantabria y que apoyen a los ganaderos y agricultores de nuestra región.