En IU Torrelavegag consideramos que la liberalización de horarios comerciales en Santander, constituye una medida que perjudica al pequeño comercio frente a la gran superficie y esto no lo podemos permitir en una ciudad como Torrelavega, donde cada día asistimos al cierre de pequeños y medianos comercios y donde el número de locales vacíos es cada vez mayor.
Dado que el pequeño comercio, es el que genera mayor número de empleos, no debemos consentir que el PP, favorezca aun más a las grandes superficies, ya que la pérdida de ventas no se ha venido produciendo por los horarios que estos comercios tienen, sino por la pérdida de poder adquisitivo que sufrimos a consecuencia del desempleo y de una reforma laboral que ha bajado los salarios y creado empleos precarios.
No todos tienen las mismas ventajas a la hora de competir. Mientras el pequeño comerciante tiene grandes problemas para acceder al crédito y los tipos de interés son muy elevados y por tanto casi inasumibles para él, el gran empresario tiene más facilidad para llegar al crédito y además lo recibe en unas condiciones más favorables, casi cuatro puntos de interés menos. A la hora de pagar impuestos, las grandes empresas pagan un 5% menos que el pequeño comercio. Además, las grandes superficies, por su tamaño, cuentan con una posición ventajosa en su relación frente a los proveedores. Consiguen los productos a un precio mucho más bajo que los pequeños y medianos comercios, y por tanto estos últimos poseen menos margen para marcar los precios y obtener beneficios, lo que les hace menos competitivos.
Recordamos también que a mayor libertad de horarios, no se genera más empleo, sino todo lo contrario, ya que pequeños y medianos empresarios, autónomos y trabajadores del sector comercio, suponen en España más del 80% del empleo y son los más afectados por la liberalización de horarios de las superficies comerciales.
Como medidas que favorezcan al pequeño comercio, defendemos la apertura de tan sólo 4 festivos al año, que coincidan con las fiestas navideñas y las rebajas y apostamos por la implantación de un impuesto a las grandes superficies como ya se hace en otras Comunidades Autónomas.
Este tributo se aplicaría a las superficies con más de 2500 metros cuadrados, y gravaría el impacto que las grandes superficies comerciales producen sobre el territorio, el medio ambiente, las infraestructuras públicas y el comercio urbano.
Se trata de un impuesto PROGRESIVO (el tipo medio que soporta el establecimiento es mayor cuanto mayor sea su tamaño) y FINALISTA ya que su recaudación irá íntegramente destinada a financiar un Plan de Fomento del pequeño y mediano comercio urbano.
Debemos acabar con la posición dominante de las grandes superficies y favorecer la dinamización del comercio dentro de nuestra ciudad.