“Se hipoteca la mejor zona de la ciudad con una instalación deportiva ligada a un urbanismo voraz, un modelo del siglo pasado”, asegura Saro
Miguel Saro, candidato por Izquierda Unida a la Alcaldía de Santander y asesor jurídico de la Asamblea para la Defensa de la Senda Costera del Litoral Norte, alerta de que se va a hipotecar el futuro de la ciudad para construir un campo de golf en esa zona norte de la capital.
El Partido Popular asegura en su programa que ese recinto deportivo es “uno grandes retos de futuro de la ciudad”, aunque para Saro es más bien “un gran pelotazo urbanístico al que no quieren dar ninguna transparencia”. La polémica Senda costera, ahora momentáneamente paralizada, bordeará ese campo de golf, como ocurre con el campo de Mataleñas. Se impedirá acceder a toda esa zona a los ciudadanos que no sean golfistas. El nuevo Plan General de Ordenación permite el uso de esos terrenos, muy cerca del mar, para instalaciones deportivas y hará más ricos a los que los compraron a bajo precio con su recalificación, permutas y construcción de viviendas pegadas al campo de golf. “Aunque el campo municipal de Mataleñas está saturado porque es pequeño y barato, a pocos kilómetros hay otros campos para jugar al golf infrautilizados. No les interesa el deporte, sino el dinero. Íñigo de la Serna vuelve a tropezar con el mismo ladrillo. Está anclado en un modelo de política y de gestión del siglo pasado, aunque quiera ponerle a todo lo que hace la etiqueta de smart y lo revista todo de marketing. Será un proyecto muy lucrativo para unos pocos y ruinoso para Santander”, explica Saro.
Los campos de golf han estado estrechamente ligados en España a la burbuja inmobiliaria y a los pelotazos urbanísticos y éste no será una excepción. Como ahora no hay dinero privado será el Ayuntamiento el que ponga mucho de su parte. El campo tiene un coste estimado de unos 11 millones de euros y ocupará la mayoría del Parque: unas 75 hectáreas en los terrenos que limitan al Norte con la línea de costa (y la senda), al Sur con el núcleo urbano de Cueto, al Este con el Panteón del Inglés, el Campo municipal de fútbol de Cueto y las antiguas instalaciones municipales de Tiro al Plato, y por último, al Oeste con la Playa del Bocal y los asentamientos cercanos al Centro Oceanográfico de Santander, en el Barrio de Corbanera de Monte.
Para Miguel Saro “ese campo de golf no incrementará el turismo extranjero o nacional significativamente, ni reactivará el mercado inmobiliario. En otras comunidades se venden pisos y chalets más baratos y junto a campos de golf mejores. La burbuja del golf en España se han pinchado”. El abogado santanderino considera que “este proyecto dejará sobre todo un par de beneficiados: la empresa constructora y la empresa que lo gestione”. Además, recuerda que el Servicio de urbanismo municipal emitió dos informes contrarios al campo de golf en 2005 y 2006 y que han hecho todo lo posible para incluirlo en el nuevo Plan General. “Es el gran pelotazo de la próxima legislatura”, concluye Saro.