En un comunicado Izquierda Unida en Cantabria ha expresado su temor a que el proyecto de enseñanza del español en Comillas acabe siendo otra “burbuja pinchada” dentro de la “larga lista” de la gestión del presidente del Gobierno autonómico, Miguel Ángel Revilla.
“Revilla es el presidente de las sentencias de derribo, del Alto del Cuco, de la oscura venta del Racing y del Puerto de Laredo”, sentencia Sergio Tamayo, responsable de Convergencia Política y Social de la formación, que cree que “Revilla se ha curtido como gobernante en los peores años de la burbuja inmobiliaria y financiera, y encima presume de su gestión, por lo que dudamos que sea capaz de aprender de sus errores”.
“Su gestión llevó a vender el Racing a un estafador internacional y a poner a Cantabria en el mapa de las infraestructuras faraónicas innecesarias: Cantabria tiene el dudoso honor de figurar con el Puerto de Laredo junto al aeropuerto de Castellón en ese ranking fantasma”, asevera.
Para Tamayo, “tras el puerto sin barcos llegó la universidad sin estudiantes”, en relación a la escasa asistencia de alumnos al que iba a ser, en palabras del propio Revilla, “el proyecto del siglo”, la escuela de enseñanza del español en la Universidad Pontificia de Comillas.
Desde IU advierten de que este proyecto “ha acabado siendo muy caro para Cantabria”, como constata el Interventor General al asegurar que existe una deuda de más de 40 millones a consecuencia de un préstamo concedido por el propio Gobierno a través del ICAF”.
Y teme que el “empeño” de Revilla por “no saber admitir su fracaso” lleve a una “huida hacia adelante que nos acabe costando muchos millones a los cántabros”, en línea con la “tónica habitual de Revilla, que “siempre ha tratado de solucionar a base de presupuesto situaciones creadas por él y por sus gobiernos como la venta del Racing, GFB o el Puerto de Laredo”.
“Sin el apoyo del Gobierno central, pero también sin un plan claro y con un entramado de gestión típico de a los que nos tenía acostumbrados Ángel Agudo, el proyecto Comillas tiene un futuro incierto que sólo se podrá arreglar a base de millones y millones. Es el momento de que Revilla demuestre si tiene claras las prioridades que tanto enumera en los platós de televisión”, sentencia Tamayo.