Este 8 de marzo los pueblos y ciudades de Cantabria han amanecido con el morado de los pañuelos en sus estatuas reivindicando una mayor visibilidad de las mujeres a lo largo de la historia.

Cada 8M, Izquierda Unida repartía pañuelos tanto los días previos como en las diferentes concentraciones y manifestaciones de la comunidad. En esta ocasión y dada la situación de pandemia, la organización se reinventa para ‘repartir’ los pañuelos de otra forma: vistiendo los municipios de Cantabria.

Así, en el Día de la Mujer lucirán pañuelo morado lugares tan emblemáticos como el Hombre Pez de Liérganes, la Lecheruca de Renedo, las Rederas de Castro Urdiales, el Carlos V de Laredo, el nacimiento del Ebro en Fontibre, el monumento al pescador de Pechón o el de Torres Quevedo en Santander.

“Los pañuelos morados vienen este año para reclamar mayor reconocimiento a las mujeres en el urbanismo y en los espacios públicos, en su mayoría pensados y dedicados a hombres”, señala la portavoz de IU en Cantabria, Ainara Bezanilla Orallo.

Además, destacan que la mayoría de las pocas estatuas con protagonismo femenino son en plural, anónimas y más recientes, mientras que las dedicadas a hombres suelen estar claramente definidas y dedicadas a una persona en concreto.

Asimismo, también defiende que “existe aún un largo recorrido” para que más mujeres sean reconocidas por el callejero, plazas que no obvien a la mitad de la población, estatuas o instalaciones públicas con referentes. “Lo que no se nombra, no parece existir en el imaginario colectivo”, incide.

La organización recuerda que la historia “no ha sido justa con más del 50% de la población, y que debemos trabajar desde todas partes para corregir errores pasados y no repetirlos”.

“No se trata de centrar los esfuerzos en los días señalados, sino de construir igualdad en cada oportunidad diaria; la criminalización del feminismo que estamos viviendo estos días no deja de constatar que sigue siendo necesaria la lucha de las mujeres”, continua la dirigente de IU.

Este acto simbólico pretende complementar el trabajo de otras organizaciones feministas que también visten mobiliario urbano o han dado cita estos días a homenajes a mujeres referentes, concentraciones o una bicicletada, entre otros eventos.

Cualquier persona, tras el día de reivindicación, podrá hacerse con los casi 1.000 pañuelos atados a las estatuas y el urbanismo a lo largo y ancho de Cantabria. “Necesitamos que el feminismo llegue a cada rincón de nuestra tierra para avanzar en democracia”, sentencian.