Una primera auditoría del CSD refleja que la prueba deportiva tuvo pérdidas económicas
La auditoria del Consejo Superior de Deportes refleja un déficit del Mundial de vela de Santander de 316.548 euros. Desde Izquierda Unida siempre se advirtió de las mentiras y medias verdades sobre este evento, utilizado como propaganda por el alcalde de la capital Íñigo de la Serna. En ese informe presentado la semana pasada en la Junta directiva de la Federación Española de Vela, aunque no será aprobado en Asamblea hasta después de junio, no aparecen otros costes como la seguridad de la Policía Municipal, los espectáculos culturales y otros gastos que acarrea este tipo de espectáculos a un Ayuntamiento. Además, a los 316.548 euros en pérdidas hay que sumar los 4,4 millones públicos gastados por el Ayuntamiento de Santander y por el Gobierno Regional en la llamada Duna de Zaera y en gasto corriente del evento. En reuniones y viajes se gastaron 114.729 euros, no se especifica si el alcalde viajó a Australia (a recoger la bandera mundialista) e Inglaterra con cargo a este presupuesto. En publicidad se gastaron 283.000 euros. En la regata test (que fue un gran fracaso) casi tanto como en todas las del Mundial: 1.423.000 euros. El contrato con la ISAF (La Federación Internacional), que se rebajó casi a la mitad ante el riesgo de que se suspendiera el Mundial: 1.200.000. “La gente se volcó con el evento y disfrutó de algo nuevo, pero desde luego el precio que hemos pagado es muy alto. Seguramente si a cada santanderino, a unos 175.000, le dicen que tiene que pagar 30 euros cada uno por ver las regatas no les parecía tan bien”, argumenta el candidato de Izquierda Unida a la Alcaldía de Santander.
Además, la situación del Centro Especializado de Alto Rendimiento Príncipe Felipe peligra y podría abandonar su sede de Santander dentro de unos años, algo de lo que se lleva hablando desde hace tiempo. La Federación Española destinará algo más de 700.000 euros para 2015 pero la semana pasada su Junta Directiva advertía ya de la “conveniencia de ajustar la estructura del centro a las condiciones económicas federativas de la actualidad”. En otras ciudades la tasa que se debe pagar al puerto es menor y la RFEV, intervenida con el CSD, y con una deuda galopante debe mirar por cada euro.