Miguel Saro, candidato de Izquierda Unida a la Alcaldía de la capital, critica un modelo de ciudad que no genera trabajo
Aunque hay muy poco que celebrar en el Día del Trabajador en la actual situación de la ciudad, la región y el país, el abogado Miguel Saro, candidato a la Alcaldía de Santander, considera que el 1 de Mayo debe de ser una fecha para la reivindicación social y laboral, algo muy necesario en la actual encrucijada que vivimos y sobre todo debido a una reforma laboral que solamente creó paro y precariedad. “La mayor parte de las familias de Santander conocen de primera mano el problema del desempleo y desgraciadamente tienen a alguno de sus miembros en el paro o no pueden ni soñar con un proyecto familiar por la imposibilidad de acceder a un empleo con un sueldo digno como para mantener un hogar”, denuncia Saro.
Para el líder de la formación de izquierdas en Santander “el desempleo ha crecido en la ciudad durante esta legislatura en casi 6.000 personas y el poco empleo que se ha creado en los últimos meses, en lo que parece un engañoso cambio de tendencia, está concentrado en el sector servicios debido a la casi total inexistencia de industria en la capital”. Para Miguel Saro la política del actual equipo de gobierno “condenada a Santander a estar abonada a la temporalidad y a la precariedad en el empleo, de forma que los trabajos que se crean en el municipio son de unos pocos días y siempre relacionados con el turismo en temporada alta”.
Para Izquierda Unida el modelo de ciudad basado en construir infraestructuras para eventos que apenas duran 20 días o sin ningún fin determinado consumen muchos recursos públicos sin generar puestos de trabajo ni ningún valor añadido. Ejemplos como la llamada Duna de Zaera o nuevas ideas presentadas por el Partido Popular, como un auditorio en lo que fue el recinto de los leones de La Magdalena (con un coste estimado de 600.000 euros), son significativos de estas políticas inútiles y manirrotas. “Estas construcciones megalómanas les dan mucha tinta sobre el papel, logran una gran repercusión mediática y autobombo para el actual alcalde durante un corto periodo de tiempo, pero suponen una gran deuda para la ciudad durante mucho más tiempo y sobre todo, a la larga, no crean riqueza o empleo sino costes de mantenimiento. Lo vemos con viales inútiles, aparcamientos de pago, la Duna y muchas otras construcciones de los últimos años”, señala Miguel Saro.