El concejal de Izquierda Unida, Miguel Saro, ha explicado los motivos por los cuales, comparte postura con el grupo socialista y regionalista, entre los que destaca “la proposición del equipo de gobierno de hacernos proponer partidas en el presupuesto sin un borrador de éste, o, realizarlo en un periodo de tiempo muy escueto” (3 días).
Según Miguel Saro, “es necesario trabajar con una base sobre la cual poder realizar aportaciones, para poder realizar en conjunto un presupuesto equilibrado”. En este sentido, es un indicativo de que el equipo de gobierno, sin haber realizado ningún tipo de borrador, pueda aprovecharse y elegir deliberadamente las aportaciones que quieran, para después poder decir que los presupuestos han sido negociados con todos los grupos que conforman el ayuntamiento.
Por otra parte, la formación municipal ha destacado el plazo en el que se pueden realizar aportaciones, ya que no hay suficiente margen, en primer lugar, para realizar las aportaciones con la participación de nuestra militancia, ni para poder realizar un estudio pormenorizado sobre lo que deberíamos priorizar en materia de necesidad para la ciudad de Santander.
Otro de los ejes sobre los que la formación santanderina critica, es que no exista ningún mecanismo de participación ciudadana acerca de los presupuestos. “Creemos que las aportaciones de los vecinos de Santander pueden ser muy importantes para ver qué necesidades tiene esta ciudad”.
Izquierda Unida ya presentó una propuesta para que se creara un reglamento para los presupuestos participativos, de modo que diera seguridad a lo vecinos y un proceso claro a los funcionarios municipales, para no repetir los errores del año pasado, pero esta propuesta fue rechazada tanto por el equipo de gobierno como por el grupo Ciudadanos.
La intención de Izquierda Unida con esta critica al modelo y forma con la que el equipo de gobierno pretende negociar los presupuestos del próximo año, es hacer ver la necesidad de la amplitud de plazos para poder construir entre todos (gobierno, oposición y vecinos), unos presupuestos que realmente solucionen los problemas reales de la ciudad y sean lo más fieles a las necesidades de ésta, y no se conviertan en unos presupuestos inflados de los cuales muchas partidas no se ejecutan al 100%.