Mercedes Boix, candidata de la formación de izquierdas a la presidencia autonómica, señala que estas pruebas podrían ser el mayor ridículo de Serna como consejero.
Izquierda Unida critica duramente la planificación de las pruebas estandarizadas y de diagnóstico que prepara la Consejería de Educación al calor de la reforma educativa de Wert, y que involucra al alumnado de 3º y 6º de primaria y 2º y 4º de ESO en los contenidos de matemáticas, lenguaje e inglés.
El proceso se prolongará desde principios de abril hasta finales de curso y significará un escandaloso despliegue de medios materiales y humanos: envíos masivos de paquetería, utilización de medios digitales y plataformas que constantemente dan problemas, selección de administradores de pruebas,… Las pruebas orales se desarrollarán en mayo y junio y los exámenes escritos los días 2, 3 y 4 de junio.
A juicio de Mercedes Boix, candidata de IU a la Presidencia de Cantabria, “parece que el señor consejero cree que a finales de curso el personal de consejería, el profesorado y alumnado no tienen otra cosa que hacer que ponerse a danzar para divertirle a él en uno más de sus enésimos proyectos inútiles”.
Boix, sin embargo, advierte sobre la “perspicacia del consejero Serna, que mientras ha planificado eventos y calendarios para favorecer su imagen antes de las elecciones, retrasa las fechas relevantes de este despropósito de pruebas a después del plebiscito. No debe confiar mucho en el éxito del plan”.
“En cambio, desde Izquierda Unida si confiamos en poder implementar nuestro proyecto educativo. Un proyecto participado por el conjunto de la comunidad educativa, y que defiende una escuela pública, gratuita, laica, feminista y de calidad”, señala Boix.
IU rechaza todos los parámetros de estas evaluaciones, desde la concepción hasta la realización. En primer lugar, la expectativa de las pruebas hace que se tienda a instruir al alumnado en la realización de los exámenes, dejando de lado el aprendizaje real. Por otra parte, el hecho de que se valoren únicamente lenguaje, matemáticas e inglés reduce prácticamente al absurdo la relevancia que se le otorga a otras áreas de gran importancia en el desarrollo de la personalidad de nuestros jóvenes, como las ciencias naturales y sociales, las enseñanzas artísticas o humanidades. Además, el diseño de las evaluaciones que se desprende de la reforma LOMCE desprecia todo parámetro no medible conceptualmente, reduciendo las pruebas a poco más que meras demostraciones de memorización de contenidos estancos, algo alejado de una metodología educativa propia del siglo XXI.
Por si fuera poco, Mercedes Boix recuerda que los últimos cambios legislativos derivados de la aplicación de la LOMCE ya “demuestran claramente la intención manifestada en su día por Serna de establecer una clasificación de centros según sus resultados que influiría en su capacidad económica o en su autonomía, lo que significaría otro ataque más a la educación pública, fomentando la desigualdad y el elitismo”.
Desde IU se exige la marcha atrás y retirada inmediata de aplicación de las pruebas. Sin embargo, perdida toda esperanza de que llegue la primera vez que el Consejero recapacite, anima a las familias a no participar del proceso y, en un ejercicio de desobediencia activa, planificar actividades alternativas a la escuela para los días 2, 3 y 4 de junio.