A partir de septiembre, los alumnos de 2º o 3º de ESO, según la Comunidad Autónoma, cursarán una materia que sólo compartirá denominación con la actual asignatura de Educación para la Ciudadanía. Y esto sólo ocurrirá hasta el curso 2013-2014, momento en el que pasará a llamarse Educación Cívica y Constitucional, tras la reforma de la Ley Orgánica de Educación.
Con los cambios previstos, que no obedecen a razones objetivas de tipo pedagógico o jurídico que los puedan justificar, se eliminará todo lo relacionado con el reconocimiento de la diversidad en los modelos familiares y en la orientación sexual, especialmente las referencias a la homosexualidad y los matrimonios formados por personas del mismo sexo. Se omitirán asimismo los aspectos emocionales y afectivos como parte del aprendizaje y desarrollo personal. Además se suprimirán contenidos hasta ahora básicos, como la cultura de la paz y el diálogo como vía de resolución de conflictos, eliminando la reflexión sobre las causas que provocan la violación de derechos humanos, la pobreza o la desigualdad, y ocultando cualquier alusión a los conflictos sociales y las desigualdades que se dan en nuestra sociedad.
Pero no se quedará ahí la cosa, en el Proyecto de Real Decreto de modificación de los objetivos y contenidos de Educación para la ciudadanía y los derechos humanos, también se obvia todo lo referente a la igualdad entre hombres y mujeres, eliminando del estudio la desigualdad de género, la feminización de la pobreza, la necesaria igualdad en el reparto de las tareas domésticas, etcétera. Y tampoco tendrá cabida en la nueva asignatura el rechazo a cualquier forma de discriminación, no sólo la homofóbica, sino toda forma de racismo o xenofobia.
A cambio, incluirá temas como la defensa de la iniciativa económica privada en la generación de la riqueza y el fomento del espíritu emprendedor, la defensa de la propiedad intelectual, la alusión constante a la simbología del Estado Nacional, o cuestiones especialmente controvertidas, como la moralidad humana y el respeto a la vida ligadas a los postulados de la iglesia católica, etc.
Hay que añadir que los contenidos que se quieren suprimir vienen marcados por el Programa Mundial de Naciones Unidas para la Educación en Derechos Humanos, así como por directivas y recomendaciones del Consejo de Europa. Los derechos humanos, la no discriminación, forman un “pack completo”, de manera que no se pueden estudiar unos sí y otros no.
Izquierda Unida denuncia que estos cambios atienden únicamente a razones partidistas, ligadas a determinados compromisos del Partido Popular con sectores de ultraderecha. De esta forma el Ministro Wert cede a las presiones de la Conferencia Episcopal y de otras organizaciones igualmente reaccionarias, que se han instalado en el ministerio de educación y parecen campar a sus anchas en la configuración de un nuevo currículo neocon con el que quieren adoctrinar a las nuevas generaciones.
Para IU este intento de resucitar ahora una polémica ya superada es una cortina de humo para tapar los recortes y el desmantelamiento de la educación pública que Wert está aplicando de forma sistemática desde su llegada al ministerio.
IU plantea que si realmente se quiere eliminar el ‘adoctrinamiento ideológico’ de la educación escolar, lo primero que hay que hacer es suprimir la materia de religión católica que se imparte en todos los centros educativos, desde infantil hasta la formación universitaria del profesorado.
Área Federal de Educación de Izquierda Unida