Miguel Saro recuerda que el Ayuntamiento ha invertido millones en la restauración y que su destino era ser dotación cultural.
Para Izquierda Unida, los continuos cambios de destino del edificio y la controvertida restauración, demuestran la falta de interés del PP de Santander por conservar y destacar la historia e identidad de la ciudad y su patrimonio histórico. El Palacio renacentista de Riva Herrera (Pronillo) es el edificio de arquitectura civil más antiguo de Santander, levantado a mediados del siglo XVI, y testigo destacado de la historia de la ciudad de los últimos cinco siglos.
Ya desde la década de los 80, el gobierno de PP en Santander condenó al palacio, al permitir que “fuera asediado” por construcciones de viviendas a su alrededor que lo empequeñecieron y ocultaron de la vista de los santanderinos. Igualmente, la falta de interés en el edificio ha provocado un gran retraso en la necesaria restauración del mismo.
Saro denuncia que el destino del palacio reformado ha peregrinado desde el original objetivo de ser Museo de la ciudad, Palacio de artes audiovisuales, a posteriormente servir como centro de enseñanzas artísticas destinado a las nuevas tecnologías, y a albergar en la actualidad la sede de la fundación Santander Creativa, residuo del malhadado proyecto Santander 2016. Ahora, azotado por el viento de los nuevos tiempos municipales, donde prima exclusivamente lo “Smart” y “emprendedor”, se pretende liquidar cualquier objetivo cultural y cederlo a Telefónica para crear un “Centro de innovación y de emprendedores”.
Ésta discutible decisión, según Miguel Saro, muestra la falta de rumbo de la política cultural santanderina y lo personalista de su gestión, dado que hace dos años el alcalde anunció que el recién creado “Foro de la Cultura” de Santander, sería quien decidiera el destino del edificio. “Otro órgano más –considera Saro- sin contenido y creado con fines publicitarios”.
Según afirma Saro “para Izquierda Unida, la cesión a Telefónica del palacio es un fraude a los santanderinos, puesto que la restauración ha sido pagada con dinero público, y se van a ceder unas instalaciones preciosas para la cultura en Santander a una empresa privada”. El portavoz de IU se pregunta si dicha entrega es una contraprestación por el diseño de campañas publicitarias a medida para el alcalde sobre nuestra “Smartcity”.
Desde Izquierda Unida se preguntan además qué objetivos tendrá ese Centro “inteligente”, y que empresas podrán instalarse o usar el Centro, si nuestros parques tecnológicos están vaciándose y las medidas del Gobierno del PP están destruyendo todo el tejido económico en el que se sustenta las pequeñas y medianas empresas.
Todo esto, según Saro, oculta la verdadera intención de regalar un bien público a una gran empresa por la absoluta incapacidad municipal de gestionar una dotación cultural y ofrecer un programa consistente, como ha demostrado con la privatización del “Escenario Santander”.
Saro ha querido destacar también la apasionada relación de amor a tres bandas entre el alcalde, Telefónica y la Fundación Botín, entidades que financian gran parte de los proyectos publicitarios municipales a mayor gloria del alcalde. El portavoz de IU considera la mayoría de estas propuestas “humo publicitario” que no afectan a los miles de santanderinos desempleados. Igualmente, considera que estos hechos demuestran que los proyectos con los que el regidor nos ilustra son ideados por las propias empresas, no para el interés público de los santanderinos, “sino para colmar la ambición personal del alcalde”.
El portavoz de Izquierda Unida ha aprovechado para recordar al alcalde que debe explicar a los santanderinos los cambios de uso de edificios de Telefónica en Santander, y cómo se va a distribuir el beneficio colectivo que generen las plusvalías urbanísticas de dicha empresa por dichas modificaciones del PGOU.
Lo de este alcalde es de vergüenza. Así nos luce el pelo.