Conociendo a los protagonistas y su gusto por los sillones del poder, consideramos que la integración de IPdL en el PP y su entrada en el gobierno municipal era previsible. Algo que ya se veía venir desde hace meses debido sobre todo a la actitud condescendiente que tanto en plenos y comisiones como en otros ámbitos estaban ofreciendo los que hasta ahora eran –sólo aparentemente— dos concejales de la oposición: Alejandro Liz  y Miguel González.

Pero también es algo que se esperaba porque Liz ya fue –hace años– concejal del PP, y tanto el PP como IPdL son miembros de la misma derecha que beben de idénticas fuentes ideológicas. Si en su día, tras la renuncia de Fernando Portero como líder del PP laredano, Liz creó IPdL separándose de lo que hasta entonces había sido su familia política, fue únicamente por la lucha que mantuvo con Vega para hacerse con el poder interno dentro del partido. Lo que ahora ocurre es muy sencillo: simplemente que la familia se reconcilia de la mano de Ramón Arenas y de Ignacio Diego. Es algo que tarde o temprano iba a suceder, algo de lo que ya existía un rumor creciente en Laredo y que por lo tanto no nos sorprende en absoluto.

A IU de Laredo el hecho de que dos miembros de la misma familia se separen o se reconcilien no nos cambia en absoluto ni nuestros planteamientos ni nuestras estrategias. Allá ellos. Nosotros estamos en otra cosa.  Estamos en defender y mejorar la vida de nuestros ciudadanos y en luchar contra las políticas de la derecha. En este sentido sí podemos valorar que la integración de Alejandro Liz y Miguel González en el equipo de gobierno municipal supone un mayor reforzamiento del sesgo de derechas en el seno del gobierno municipal, algo que desde nuestra perspectiva va a implicar sin duda un empeoramiento de las políticas que en el futuro próximo podremos ver desarrollarse en Laredo y que nos obligará a intensificar aún más nuestra acción como organización política de izquierdas.

 

Juan Carlos Vada